Los influencers se han convertido en algo cada vez más importante para las estrategias de marketing de una empresa, ¿pero hasta qué punto es apropiado que las marcas dejen libertad creativa a estos prescriptores?
La principal intención de un influencer es el alcance, la relevancia y la repercusión que genera en el público, cambiando la opinión y conducta del consumidor a favor de una marca y creando una gran comunidad activa y fiel.
Pero ¿qué es, cómo se hace y qué riesgos hay? Todas nuestras acciones de marketing pretenden, de alguna manera u otra, convencer a nuestros clientes potenciales para que tomen una decisión de compra. A un influencer lo hace su audiencia, y por eso siempre deben aportar valor en el contenido que ellos compartan cuidando al máximo el mensaje.
Su reputación depende de la credibilidad y el engagement que tienen entre sus seguidores en las diferentes redes sociales, y es esta capacidad para llegar a un público concreto, el valor más destacado de un influencer.
Como principales ventajas de esta figura podemos destacar su reconocimiento como líderes de opinión en grandes comunidades, su alcance y las grandes audiencias, la producción de contenidos de valor para sus seguidores, creando vínculos entre ellos y la marca. Sin embargo, los influencers han proliferado y elegir a la persona adecuada para que promocione los productos de una determinada marca no es tarea fácil, por lo que deberíamos tener en cuenta distintas premisas y no fijarnos solo en su número de followers, por ejemplo. También hay que tener en cuenta si ha colaborado con marcas similares a la nuestra, si la calidad de sus seguidores es más valiosa que la cantidad, si es auténtico y veraz, si sus opiniones no solo van enfocadas a promover una marca o si ofrece el canal adecuado para presentar el producto.
Un dato interesante que nos ofrece el estudio de 2015 sobre el estatus y las prácticas de las relaciones con influencers, realizado por Launchmetrics, es que un 45% de los profesionales de la comunicación utilizan los eventos para establecer relaciones con prescriptores. Además, el 70% de los 600 profesionales consultados (en dicho estudio) considera que los eventos son el formato más idóneo para interactuar con los influencers y lograr resultados eficaces.
En definitiva y aunque las marcas han descubierto el poder del influencer y el efecto que tiene en los consumidores, lo importante es crear relaciones sinceras, y a largo plazo, con él y sobre todo con sus seguidores. Por eso, una de las tendencias de 2017 será la investigación de estos “líderes de opinión” por parte de las marcas, que indagarán en mayor medida sobre cómo colaborar con ellos.